Una nueva manera de ver la vida: Medicina Funcional
La Medicina Funcional es una nueva manera de enfrentar la crisis
moderna de salud; su objetivo es crear salud y bienestar.
La Medicina Funcional es un modelo de medicina centrado en la
persona y no en la enfermedad. Busca la solución definitiva de los
problemas y no solo su control, sustentándose en la ciencia y aplicando
las últimas metodologías validadas para así tratar al individuo
desde una visión integral que le permita retornar al equilibrio.
La Medicina Funcional es un enfoque médico diseñado específicamente
para ir más allá del simple tratamiento de los síntomas, esta busca
comprender (y por lo tanto tratar) la causa raíz de la enfermedad y la
disfunción.
Los profesionales hacen un diagnóstico detallado que se orientan a
identificar la complejidad de la enfermedad. Pueden encontrar que una
condición tiene muchas causas diferentes y, de la misma manera, una
causa puede dar lugar a muchas condiciones diferentes. Como
resultado, el tratamiento de Medicina Funcional se dirige a las
manifestaciones específicas de la enfermedad en cada individuo.
Se debe trabajar profundamente en que los pacientes entiendan
cómo los estilos de vida, la dieta y el medio ambiente influyen en
nuestra expresión genética y determinan cómo nos vemos,
actuamos y sentimos, haciéndolos parte de esta transformación en el
cuidado de la salud.
Así es que no hay un tratamiento único sino múltiples opciones según
las necesidades individuales de cada paciente. Se debe trabajar en la
motivación y compromiso de quien busca una solución para sus
dolencias, poniendo especial énfasis en la importancia de los cambios
de estilos de vida.
Si cambiamos nuestros estilos de vida en determinada manera
podemos restaurar el balance en nuestro organismo y de esta forma
afectar positivamente nuestro patrón de salud o enfermedad.
La medicina funcional, al igual que la tradicional, debe ser practicada por un profesional médico que haya completado estudios en medicina.
Pilares de la medicina funcional: la nutrición, los hábitos de sueño, el
manejo de estrés, la suplementación el ejercicio físico.
-Dieta. Generalmente la prioridad es establecer un plan alimenticio
adecuado para cada caso particular. Con frecuencia la dieta
recomendada es rica en omegas y antioxidantes, mientras que los
alimentos procesados y la ingesta de azúcares añadidos serán
reducidos.
-Hábitos de sueño. Se busca que los pacientes aprendan a mejorar
sus hábitos de sueño y en consecuencia la calidad del sueño, es un
aspecto esencial del enfoque de la medicina funcional para el cuidado
de la salud.
-Manejo del estrés. Padecer de estrés, sobre todo estrés crónico,
causa una alteración de la regulación del sistema inmunológico, por lo
que en estos periodos de estrés es común caer enfermos.
-Suplementos. En ocasiones no es posible obtener la cantidad
suficiente de los nutrientes que requerimos, en estos casos es posible
hacer uso de suplementos, debido a esto, por ejemplo, la suplementación de progesterona, vitamina D y ácidos grasos omega-3 hace posible favorecer los efectos antiinflamatorios y neuroprotectores mejorando la respuesta neuronal al estrés.
-Ejercicio físico. Realizar el ejercicio ideal para cada uno ayuda a
controlar el sobrepeso, obesidad y a evitar enfermedades como las
cardiovasculares, diabetes, tensión arterial alta, entre otras. Otros de
sus beneficios es el fortalecimiento de los músculos y huesos,
aumenta la densidad ósea. Incluso posee beneficios psicológicos
como mejorar el estado de ánimo, disminuir el estrés y la ansiedad.
-Ejercicio mental. Actividades que estimulen la actividad mental como
la resolución de problemas, aprender nuevos idiomas y actividades, e
incluso la meditación son fundamentales para mantener nuestra
mente activa.
La medicina funcional nos permitirá ser más conscientes de las
decisiones que tomamos y los hábitos que creamos.