¿Cómo cuidar tu corazón?
El primer paso para cuidar tu corazón es prevenir los factores de riesgo cardiovascular. Es decir, aquellas características biológicas y hábitos de vida que aumentan las probabilidades de que aparezca una enfermedad cardiovascular.
La hipertensión es uno de los factores que más eleva el riesgo de sufrir un infarto. Según se desprende del macroestudio americano conocido como SPRINT9, con unos niveles de presión arterial de 120/80 hay una mejor supervivencia.
Para proteger tu salud general y mantener tu corazón en buen estado, te conviene tomar fruta a diario: tan solo consumiendo una pieza al día reduces hasta el 34% el riesgo de desarrollar un problema cardiaco, como demuestra un reciente estudio de la Universidad de Oxford.
Hacer ejercicio reduce todos los factores de riesgos cardiovascular: la obesidad, la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado. Cuidar tu bienestar emocional es básico para mantener una buena salud cardiaca. La tristeza, los enfados o incluso el exceso de euforia pueden desestabilizar hasta el corazón más sano.
- Es muy importante moderar el consumo de alcohol y no fumar.
- Practicar deporte regularmente hace que circule la sangre y se oxigene el cuerpo.
- Tener una dieta variada y equilibrada es de vital importancia para cuidar el corazón y el sistema cardiovascular. Si nuestra alimentación no es como debería, nuestro cuerpo se resiente y no funciona correctamente. El sistema cardiovascular no es una excepción.
- Controlar los niveles de colesterol en personas mayores es muy importante para prevenir problemas cardiovasculares, sobre todo en personas mayores de 75 años. Una manera de hacerlo es ingiriendo alimentos bajos en colesterol LDL, conocido como colesterol malo. Aun así, hay casos que requieren control médico y fármacos, siempre recomendados por un doctor o doctora.
- Tener un buen hábito de sueño: al dormir no solo se relajan los músculos, también las arterias, por lo que se reduce la presión arterial. Las instituciones sanitarias recomiendan que las personas adultas duerman entre siete y ocho horas. El tiempo que durmamos debe ser de calidad, si no el cuerpo no descansa bien y no se repara como debe. ¿Cómo saber si hemos tenido un sueño de calidad? Si al levantarnos no nos sentiremos cansados, es que así ha sido. Conseguirlo es más fácil de lo que parece, pero no debemos olvidar que existen los trastornos del sueño, por lo que si no consigues descansar por la noche, te recomendamos que consultes a un especialista.
Siguiendo todos estos hábitos saludables, las probabilidades de tener una patología cardiovascular se reducen hasta un 65%, según un estidio publicado en European Journal of Preventive Cardiology.